Un terremoto de magnitud 6.8 sacudió Marruecos la noche del viernes 8 de septiembre, provocando el derrumbe de edificios en localidades montañosas y en ciudades antiguas no construidas para soportar semejante temblor. El sismo, que se sintió también en Argelia y España, dejó más de dos mil muertos y dos mil heridos, según el último balance oficial.
El epicentro del terremoto se ubicó a unos 40 kilómetros al sur de la turística ciudad de Marrakech, donde se registraron escenas de pánico entre los habitantes y los visitantes. La mayoría de las víctimas se reportaron en las provincias de Safí y Chichaoua, donde muchas casas de adobe se derrumbaron por el movimiento telúrico.
El rey Mohamed VI expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y ordenó el envío de ayuda humanitaria y equipos de rescate a las zonas afectadas. El gobierno declaró tres días de duelo nacional por la tragedia.
El terremoto fue el más fuerte que ha sacudido Marruecos desde el ocurrido en 1960 en Agadir, que causó más de 12 mil muertos. Los expertos señalan que Marruecos se encuentra en una zona sísmica activa debido a la convergencia de las placas tectónicas africana y euroasiática.